domingo, 31 de enero de 2016


Tu decides, vida mía, que tan rápido vamos a matarnos. Se fueron tus besos furtivos y aquí me tienes. Quiero recordarte así, dos segundos antes de volverte humana. Tu decides, vida mía, que tan rápido vamos a fundir nuestros cuerpos. Sos una plegaría dormida, sos una tibia caricia que se desvanece en la nada. Tu decides vida mía, que tan enferma de la realidad permaneces. Tu decides, vida mía, que tanto tiempo permaneces sumergida entre la arena y cuando sales de allí...


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