domingo, 31 de enero de 2016


Tu decides, vida mía, que tan rápido vamos a matarnos. Se fueron tus besos furtivos y aquí me tienes. Quiero recordarte así, dos segundos antes de volverte humana. Tu decides, vida mía, que tan rápido vamos a fundir nuestros cuerpos. Sos una plegaría dormida, sos una tibia caricia que se desvanece en la nada. Tu decides vida mía, que tan enferma de la realidad permaneces. Tu decides, vida mía, que tanto tiempo permaneces sumergida entre la arena y cuando sales de allí...


jueves, 28 de enero de 2016

Extremos



A menudo pienso que la intensidad del hielo y el fuego se sienten de la misma manera, queman de la misma manera, y si uno encuentra la forma, se llegan a disfrutar de la misma manera, lo mismo sucede con la felicidad y el dolor. Sin querer me cuesta distinguir cual es cual, a pesar de ser tan arbitrarias y creo que este impulso de poder confundirlos me ha traído hasta aquí. De estar acunada siempre en los extremos.

Los momentos de tranquilidad y silencio necesitan ser violados por el ruido y el caos. A menudo esto te convierte en un jugador sin autocontrol, que viene y va, que hace y deshace a su antojo esperando que lo rocen y alcancen los tiros directo en la sien. Cuando lo conocí de ninguna manera quería que las cosas fueran a temporal, pero paso sin que me diera cuenta, se instalo en cada parte de mi vida, encajando a la perfección como si hubiera pertenecido desde siempre a ella. Yo no conocía esto, para mi era como observar y analizar los resultados de un experimento.

En el silencio a menudo nace el miedo, y de sus silencios nació el mío. De nunca haberlo sentido, de repente se apodero de mi, y como es el desgraciado, poco a poco te destruye, pase de los saltos e imprevistos al silencio absoluto que no me gustaba para nada, convirtiendo todo en un papel de fumar, que se vuela, solo y nada más.

Nada más. Nos moríamos de sed, queriendo nos desgarramos como dos extraños y al final me rozo un disparo pero directo al corazón y el escondió la mano.

Aun puedo escribir: Cuando le conocí, no buscaba conocer nada, no quería encontrar nada. Pero encontré un lugar donde quería quedarme, y como nada va a temporal era obvio que tenia que marcharse.

Paso del dolor a la nada, paso del jubilo a la nada, pues no se distinguir lo que quema de lo simple.


lunes, 25 de enero de 2016

De raíz.


El majestuoso sin sentido de cada uno de tus respiros, mi vida.
Lo sublime de aparecer una vez y no volver jamás. 

Me lo habían dicho pero era cierto. Mentiría si te dijera que no esperaba encontrar nada, porque ansiaba recorrer el camino sintiendo lo que había sentido la primera vez que había estado en aquel lugar. De pronto encontré algo, alguien, me miro con el cristal que a veces dicen que me miran, diciendo cosas que ni si quiera yo se de mi misma, quisiera parecer sorprendida pero nada me conmueve. El cuerpo acepta sonriendo las monedas falsas hasta que se consume el momento.
Inevitablemente las deshecha, porque de nada sirven los collares de cuentas.

Intento explicar: No es que este peleada con todo, solo que a veces necesito de este conflicto para sentirme viva, aunque jamás lo logre. Siento la constante necesidad de explotar ya sea de placer o dolor, en ese punto da igual, me parecieran la misma cosa. Solo quiero el éxtasis efímero que me produce lo inesperado, las pasiones violentas, el caos. Es tan fácil hablar del caos, aunque el peso de las palabras sea descomunal. 

Me mira sin comprender, la platica nunca es amena y el poco placer de beberse las noches no es suficiente, nunca nada parece suficiente para conmoverme de raíz. Lamentable.







La piel desnuda de la bruja.