viernes, 26 de febrero de 2016

D.



Llevo toda una vida huyéndole al tiempo, pero la verdad es que se me ha ido escurriendo de entre los dedos, sin que pueda yo hacer nada. 
El muy cabrón me mira sonriendo, como si se encontrara en cada trago de vino, en cada gota de alcohol, reprochandome que se escapa, 
lo peor es que lo miro haciéndolo y me aterra enfrentarlo. Tengo que fingir que no me ha susurrado al oído nada, cuando hasta lamió mi oreja.
A veces la verdad parece un veneno cruel y el camino de vuelta a casa parece una encrucijada, venimos a vaciar en la intimidad los recuerdos para que nadie más note que hemos llorado.
A vomitarlos en el baño, a esconderlos bajo las sabanas. 
Y aquí estamos:
Tu pensando en ella y yo pensando en mi, y sin querer el silencio es el único que nos abraza pero queremos creer que somos nosotros, 
que somos los sueños que esta vez se quedarán un poco más, 
que somos nosotros quitándonos el frío, cuando no somos más que soledad.
Y quiero caer y creer que no es triste cuando me doy cuenta que ni tu, ni todo lo que me rodea en esta habitación me pertenece. 

Tan transitorio el tiempo y tu dejándome escapar. 





No hay comentarios:

Publicar un comentario